La calidad de una esmeralda es un factor crucial que determina su valor y belleza, no todas son iguales por lo que su calidad no se limita a su apariencia superficial. Su calidad se define por características que interactúan para crear una gema verdaderamente excepcional. Más allá de su color verde vibrante, las esmeraldas de alta calidad poseen una serie de características que las distinguen de las demás.
La calidad de una esmeralda se define por cuatro características principales:
Color: La descripción de las características del color de una esmeralda se divide en subsecciones.
Matiz: Se refiere a la presencia de otros colores, como el amarillo o el azul, que pueden afectar al tono verde. Las esmeraldas con un tinte mínimo son las más preciadas. Se evalúa en una escala que va desde verde amarillento hasta verde azulado.
Tono: La profundidad del color, desde un verde claro hasta un verde oscuro intenso. La luminosidad u oscuridad del color. Un tono medio es el más buscado, evitando esmeraldas demasiado oscuras o claras.
Saturación: La viveza e intensidad del color verde. Una esmeralda con una saturación alta tendrá un color más vivo y vibrante. y una esmeralda de alta calidad tendrá una saturación uniforme en toda la piedra.
Uniformidad: El color debe ser uniforme en toda la piedra, sin manchas o zonas con diferentes tonalidades.
Claridad: La claridad en las esmeraldas se refiere a las características internas de la gema, la transparencia y la presencia de inclusiones. La esmeralda es una gema de Tipo 3, lo que significa que se considera que casi siempre tiene inclusiones, a diferencia de otras piedras preciosas como los diamantes. Aunque son comunes en las esmeraldas, no siempre son negativas y se deben aceptar como parte de su naturaleza. Algunas inclusiones finas, como jardines, pueden añadir un encanto único a la piedra y darle un carácter singular. Sin embargo, las más preciadas son aquellas con inclusiones mínimas o invisibles a simple vista que no afecten la transparencia o el brillo.
Corte: El corte juega un papel fundamental para resaltar el brillo, la profundidad del color y la belleza de la piedra. El corte debe ser proporcional y preciso para evitar que la piedra se vea demasiado oscura o apagada. Los cortes más populares son: redondo y octagonal (esmeralda).
Quilate: Es el tamaño de la piedra, también influye en su valor, siendo las esmeraldas de mayor tamaño las más raras y cotizadas